Introducción

El primer sondeo arqueológico lo llevó a cabo H. Obermaier en 1912. Excavó una superficie de 4m x 3m en la sala de la actual entrada a la Cueva, conocida desde entonces como la Sala de los Murciélagos, atravesando sucesivamente:

A) 2 m. muy ricos en cerámica no decorada y algunos punzones de hueso rotos; ningún sílex ni objeto metálico; fauna actual.
B) 1 m. de tierra negruzca y estéril.
C) 1 m. de grueso bloque.

Entre las vasijas de cerámica recogidas, dos cuencos ovalados en forma de casquete craneano (donadas por W. Verner al Museo Británico). Durante la campaña se recogió mucha cerámica en superficie: «… aparecía por toda la gran galería, bastaba remover la tierra fina que cubría las estalagmitas para encontrar cascotes sin decorar, algunos de grandes dimensiones» (Breuil y Obermaier, 1915). Juan Cabré, invitado también por Breuil a las exploraciones, encontró un vaso [8] de tipo argárico que se conserva en el Museo Arqueológico de Málaga. En las galerías inferiores de las Grajas se encontró cerámica decorada que fue donada por W. Verner al Museo Británico.

Posteriormente se han ido recopilando numerosas piezas encontradas principalmente por Tomás Bullón, en diversos lugares de la Cueva. Una relación  de piezas de 1939, del Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas, está disponible aquí . Entre los hallazgos de Tomás podemos destacar:

• Un hacha de bronce vaciada en molde y después trabajada a martillo, de borde convexo y sin talón, de clara tipología argárica; otro hacha plana de forma trapezoidal de carácter más antiguo; un fino punzón de cobre de unos 9 cm de longitud y sección cuadrada y otros pedazos de instrumentos. Pérez de Barradas relata que Tomás le entregó en 1933 algunas piezas y menciona también una de las hacha de bronce que éste halló en la Galería de los Murciélagos, además de diferentes útiles de piedra y huesos encontrados por él y Manuel Maura.

«Venus de Benaoján».  Tomás la halló en 1935 (1934 según Giménez Reyna, 1941) en la Galería de los Murciélagos, en superficie, bajo la estalactita conocida como el «ala de águila». Se trata de una plaquita de cerámica modelada de unos 6 cm. de altura por medio de grosor, que se ensancha en su parte superior e inferior, estrechándose en su centro para formar la «cintura». La cara posterior es lisa, y la anterior presenta dos pequeñas protuberancias a modo de senos en su parte superior, y en la inferior una zona triangular rellena de puntos hechos con un punzón, indicando el triángulo sexual. Tiene dos agujeritos en la parte alta, indudablemente para ser colgada.

Por lo que al exterior se refiere, en las cercanías de la entrada los pedazos de cacharros asombraban por su enorme cantidad, hallándose también restos en cuarcita roja con talla de tipo clactoniense , molinos de arenisca y hachas pulimentadas. En el puerto que da vistas a la Cueva se han encontrado restos romanos, tejas, una piedra de molino, e incluso una moneda de plata de la época imperial cuando se construía el camino que sube a la Cueva (1940).

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Sobre nosotros

La Cueva de la Pileta es una estación de arte rupestre prehistórico visitable, descubierta por José Bullón Lobato en 1905 y declarada Monumento Nacional en 1924.

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